dicho aún que mis problemas ¿sabes
qué?, se llaman TÚ. Sólo por
eso tú me ves hacerme el duro, para sentime
un porquito más seguro. Y si no quieres ni
decir en qué he fallado recuerda que
también a ti también te he
perdonado. En cambio, tú dices lo siento,
tus dedos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario